top of page

Descubrir y Redescubrir es el título de nuestra propuesta para la Falla Infantil del Ayuntamiento 2017. Será una falla con una personalidad muy diferente, posiblemente al principio os extrañe pero esperemos que luego os guste tanto como a nosotros. Por eso hemos decidido crear esta página para presentaros, cada mes desde ahora hasta fallas, el proceso de construcción de ese mundo fantástico que conformará la falla. Así cuando esté en la calle podáis encontrar los personajes que más os han gustado.

Cuando leemos un libro parece que estemos dentro de un mundo desconocido, diferente a nuestro entorno habitual y es muy divertido imaginar como serían esos personajes y lugares que nos describen. Pues eso es lo que hemos hecho nosotros para la falla, imaginarnos cómo son los personajes de una laaaaarga lista de libros, algunos más conocidos que otros pero que nos gustan mucho y queríamos compartir con vosotros. Y si alguno de estos personajes que os presentamos os despierta curiosidad, tal vez queráis conocer su historia. Los libros los podréis encontrar en las bibliotecas de València y por eso os hemos puesto una pestaña que dice: “Bibliotecas” y así facilitaros la búsqueda. Y si aún os cuesta mucho leer pedirle a vuestros mayores que os lo lean.

Esclafamuntanyes

,  Enric Valor.

Al poco se dieron cuenta que habían llegado cerca del castillo de la Torre-Vieja. Se acercan y ven que es un edificio inmenso abandonado. Ellos ya habían oido decir que en aquel castillo pasaban cosas tan misteriosas, que no había ningún montañés del término que se quisiera acercar. Pero... en lugar de huir, empezaron a llamar:
-Al castillo de la Torre-Vieja!
-Vamos corriendo!
Llegan cerca de la puerta y los frena el paso el antiguo puente levadizo medio levantado.
-Ahora os pasaré - dice Passaponts todo decidido.
Se le cuelgan los tres hermanos de las fuertes barbas, y él, de una zancada, cruza por encima del foso.
-Toc toc! -golpean sobre la puerta de hierro del castillo. Y escuchaban, pero nada: allí dentro había un silencio que daba miedo.
Entonces, el más pequeño, pum, pega mazazo, rompe la cerradura y abre de par en par la puerta... y todos para adentro!

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

Elric de Melniboné

,  Michael Moorckoc.

 […] Ésta es la historia de las dos espadas negras. La Tormentosa y la Enlutada, de cómo fueron descubiertas y del papel que jugaron en el destino de Elric y de Melniboné, un destino que iba a conformar otro mayor: el del propio mundo. Ésta es la historia de cuando Elric era el rey, el jefe máximo de los dragones, las flotas y de todos los componentes de la raza semihumana que había regido el mundo durante diez mil años. Ésta es la historia de Melniboné, la isla del Dragón. Es una historia de tragedias, de monstruosas emociones y de elevadas ambiciones. Una historia de brujerías, traiciones y altos ideales, de agonías y tremendos placeres, de amores amargos y dulces odios.

Ésta es la historia de Elric de Melniboné, gran parte de la cual sólo recordaría el propio Elric en sus pesadillas.

                                                  Crónicas de la Espada Negra.

[...]

—Soy Rackhir —dijo el hombre—. Me llaman el Arquero Rojo porque, como ves, me gusta vestir de color grana. Es costumbre entre los Sacerdotes Guerreros de Phum escoger un único color para sus pertenencias. Es lo único en que todavía sigo siendo fiel a las tradiciones.

El arquero lucía un chaquetón grana, calzones grana, zapatos grana y una gorra de visera grana con una pluma también grana.

Su arco era del mismo color y la empuñadura de su espada brillaba con un color rojo rubí

[…] Elric vio tras él a un joven de elevada estatura. Allí donde debería haber tenido la cabeza, surgían los cuerpos de unas quince serpientes de buen tamaño. La cabeza de cada una de las serpientes miraba con fijeza a Elric. Las lenguas bífidas vibraban y las bocas de cada una de las cabezas se abrieron al unísono en el preciso instante de repetir: —Serpiente.

[…] Por su parte, Cosa no dejaba de cambiar de forma; primero surgía de su masa un brazo, después un rostro...

[…] Un rostro con colmillos surgió de un charco de oscuridad formado por una pared medio derruida. El rostro volvió a gruñir.

—¿Quién eres? —dijo Elric, con la mano en la empuñadura de su espada.

—Cerdo —respondió el rostro con colmillos

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

Peter Pan

,  James M. Barrie.

(Jas Garfio) Jamás ha colgado en fila en el Muelle de las Ejecuciones una cofradía de hombres de aspecto tan villano. Aquí, con los enormes brazos desnudos, reales de a ocho en las orejas a guisa de adorno, está el apuesto Cecco, quien grabó su nombre en la espalda del alcaide de la cárcel de Gao. El que tira con más fuerza es el gigantesco negro que ha tenido muchos nombres desde que con el primero aterrorizara a los oscuros niños de las riberas de Guidjo-mo. Bill Jukes es el siguiente, tatuado de arriba abajo, el mismo Jukes que recibió de Flint seis docenas de latigazos a bordo del Walrus. A continuación viene Cookson, del que se dice es hermano de Murphy el Negro (aunque no se ha demostrado); y el Caballero Starkey, antaño portero de un colegio; y Claraboyas (Claraboyas de Morgan); y Noodler, cuyas manos están colocadas al revés; y el gafudo contramaestre, Smee, el único disidente de la tripulación de Garfio; y otros rufianes conocidos y temidos desde tiempo atrás en el Caribe.

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

Moby Dick

,  Herman Melville.

[...]

—¡Quienquiera de vosotros que me señale una ballena de cabeza blanca de frente arrugada y mandíbula torcida; quienquiera de vosotros que me señale esa ballena de cabeza blanca, con tres agujeros perforados en la aleta de cola, a estribor; mirad, quienquiera de vosotros que me señale esa misma ballena blanca, obtendrá esta onza de oro, muchachos!

[...] Queequeg, arpón en mano, se puso en pie de un salto.

[...]

—¡Ahí sopla, ahí sopla! ¡Una joroba como un monte nevado! ¡Es Moby Dick!

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

La vaca y la cabrita, la oveja y el león

,  Fedro.

La alianza con el poderoso nunca es segura.
Esta fábula demuestra mi tesis.
Una vaca y una cabrita y una oveja que sufría
la injusticia se asociaron con el león en el bosque.
Estos al haber capturado un ciervo de grande tamaño,
el león propuso de repartirlo así:
'Yo, elijo la primera parte porque me llamo rey;
la segunda, porque soy uno de los propietarios, y me lo tenéis que dar;
entonces, porque valgo más, me corresponde la tercera;
si alguien toca la cuarta será duramente castigado'.
Así, con engaños, se quedó toda la presa.

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

Memorias de Idhun I

,  Laura Gallego.

"Ashran llamó Kirtash a la nueva criatura nacida del su experimento. Los sheks me enseñaron a emplear mis capacidades. Los mejores mercenarios y asesinos humanos me enseñaron a pelear, a matar. El propio Ashran me enseñó a utilizar la magia que me entregó aquel unicornio antes de morir. Aprendí deprisa. Al fin y al cabo, algo en mi interior me hacía superior a todos ellos. Pronto aventajé a mis maestros, en todo excepto en la magia, que nunca se me dio bien, puesto que el poder mental del shek mantenía sometido al poder entregado por el unicornio; a pesar de este pequeño detalle, me convertí en el mejor agente de Ashran, en quien él más confiaba. Después de todo, era su hijo.”

“Victoria enarbolaba su báculo. La bola de cristal que lo remataba pareció cargarse de energía durante un momento, porqué se encendió en la noche como un faro palpitante; y finalmente, obedeciendo a un movimiento de su dueña el báculo descargó toda aquella energía en forma de rayo contra uno de los hombres-serpiente, que se carbonizó de inmediato.”

“ Los hombres-serpiente eran una raza de guerreros hábiles, inteligentes y muy peligrosos por sus enemigos. Cualquiera de ellos valía por diez hombres.”

“ Aquel que había sido Alsan, príncipe de Vanissar, y que ahora era una extraña mezcla entre hombre y bestia ...”

"La casa estaba rodeada de docenas de extrañas criaturas que avanzaban hacía ellos bajo la lluvia torrencial. Eran seres andrajosos, de piel pardusca, dientes y garras afilados y ojillos que relucían como ascuas. - Trasgos – murmuró Alexander, estremecido..."

"Ashran era un hombre muy alto, de cabello gris plateado y rostro frío, perfecto y atemporal como una estatua de mármol. Podría haber resultado atractivo de no ser por sus ojos, cuyas pupilas eran de un extraño y desconcertante color plateado, como si fuesen metálicos y de una intensidad que producía escalofríos."

“Los dos quedaron sentados sobre la hierba, paralizados de miedo, sin ser capaz de apartar la vista de la enorme serpiente. Era una visión aterradora y sobrecogedora porque, pese a todo, aquella criatura era fascinante y magnífica, y poseía una belleza misteriosa y letal."

La colina de Watersip

,   Richard Adams.

Avellano y sus compañeros estaban agazapados al pie del risco de turba, bajo las ramas bajas de dos o tres boneteros. Desde la mañana anterior habían recorrido casi cinco kilómetros. Tenían suerte, ya que todos los que habían dejado la madriguera estaban vivos. Habían cruzado dos arroyos. Habían caminado temerosamente por los bosques del oeste de Ecchinswell. Habían descansado sobre la paja de un Starveall, o granero vacío, y al despertar habían sido atacados por un grupo de ratas. Plateado y Manzanillo, con ayuda de Pelucón, cubrieron la retirada y, una vez que todos estuvieron en el exterior, emprendieron la fuga. Manzanillo había sufrido un mordisco en la pantorrilla y la herida era irritante y dolorosa, como suelen ser los mordiscos de rata. Cuando rodeaban un pequeño lago, les llamó la atención una gran ave pescadora de color gris que hundía el pico y chapoteaba en la juncia, hasta que una bandada de patos salvajes los ahuyentó con su clamor. Habían atravesado casi un kilómetro de pastos descubiertos, sin nada que pudiera servirles de refugio, esperando a cada momento un ataque que no se produjo. Oyeron el zumbido antinatural de una torre de alta tensión en el aire veraniego y hasta pasaron por debajo de ella después de que Quinto les asegurase que no podía hacerles ningún daño. Ahora yacían bajo los boneteros y olfateaban, cansados y suspicaces, los olores que les llegaban del extraño y desnudo paisaje que los rodeaba.

Desde que dejaran la madriguera de las trampas se habían vuelto más cautos, más astutos y tenaces, se comprendían mejor y colaboraban los unos con los otros. Ya no se peleaban. La verdad sobre la madriguera había sido un duro golpe. Congeniaban más y confiaban y valoraban más sus mutuas capacidades. Ahora sabían que sus vidas dependían de éstas y de nada más, y no estaban dispuestos a desaprovechar lo que poseían entre todos. A pesar de los esfuerzos de Avellano, ni uno solo de ellos había dejado de afligirse al pensar que Pelucón habría muerto y de preguntarse, como Frambueso, qué iba a ser de ellos. Sin Avellano, sin Frambueso, Manzanillo y Campanilla, Pelucón habría muerto. Habría muerto sin su propio valor y su fuerza, porque ¿quién de todos ellos no habría dejado de correr después de semejante castigo? Ya no se podía cuestionar la fuerza de Pelucón, la intuición de Quinto, el ingenio de Frambueso o la autoridad de Avellano.

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

Els tres porquets

,   Andrew Langs.

Un lobo hambriento que pasaba por allí, levió y llamó a su puerta:

- Toc toc toc toc "¡Soy el lobo y quiero entrar!"

- "Y ahora! ¿ Que te piensas que te dejaré pasar?" exclamó el cerdito.

- "Entonces soplaré y soplaré y la casa tiraré" dijo el lobo.

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

Alícia en terra de les meravelles

,   Lewis Carrol.

“Sírvete un poco más de té - le dijo muy ansiosamente la Liebre de Marzo.

-¡Si todavía no he tomado nada, -replicó Alicia con tono ofendido, -de forma que no podría tomar más!-

-Querrás decir que no podrías tomar menos - aclaró el Sombrerero; - siempre es más fácil tomar más que nada.”

 

...

"El verdugo argüía que tan imposible era cortar una cabeza sin cuerpo como decapitar a un cuerpo sin cabeza; que nunca había sido requerido para hacer nada por el estilo, y que no iba a empezar ahora, a su edad, a realizar tales encargos.

Según el Rey, todo lo que tuviera una cabeza podía ser decapitado, y que se dejaran de decir tonterías.

En cuanto a la Reina, sus razones consistían en que si no se daba remedio a la situación en un santiamén, condenaría a muerte a todos cuantos la rodeaban (era precisamente esta amenaza la que había provocado tal ansiedad y espanto en la concurrencia)."

 

...

"...llegaron los soldados cargados de bastos. Todos ellos tenían la misma forma que los jardineros, oblonga y aplanada, con las manos y los pies que les salían por las esquinas; …"

“cerca del rey se veía al Conejo Blanco con una trompeta en una mano y un gran rollo de pergamino en la otra...”

 

...

"Al fin la Oruga se quitó la boquilla del narguile de la boca y le habló con voz lánguida y adormilada. “¿Quien eres TU?"

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

El Morgante

,  Luigi Pulci.

...

“Dijo el gigante: - Con este badajo,                                                                        

que como ves es pesado y largo y grande,

no crees tú que yo aplastase un cencerro?

Yo quiero aplastar el hierro y triturar el hueso...”

                     

" Y este compañero mío que es gigante,

ver podréis cuan valeroso es:

se hace llamar el feroz Morgante, ...”

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

El Jajilé blau

,  Ursula Wölfel.

Una niña vestida de rojo grita:

- ¡Un ja-ji-lé, es un jajilé azul!

Y todos los demás gritan:

- ¡Sí, un jajilé!

Entonces el animal se ríe.

Estira su largo cuello de jirafa.

Sacude su vistosa melena de león.

Levanta las largas patas de avestruz.

Brinca, salta y baila.

¡ Está tan contento!

Todos aplauden,

Y los niños gritan:

- ¡Bien! ¡Bien!

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

El Flautista de Hamelin

,  Hermanos Grimm.

Por obra de un poder secreto, estoy en condiciones de hacer que me sigan todas las criaturas vivientes, las que se arrastran, las que nadan, las que vuelan y las que corren. Suelo utilizar mi poder sobre los bichos perjudiciales al hombre, como los topos, los sapos, los tritones y las víboras. La gente me llama el Flautista.

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

El principito

 , Antoine de Saint-Exupéry.

- Me gustan mucho las puestas de sol. Vamos a ver una...

- Pero tenemos que esperar...

- ¿ Esperar, a qué ?

- Esperar que se ponga el sol.

Al principio te sorprendiste, pero después te reíste de ti mismo. Me dijiste:

- Siempre creo estar en mi planeta!

En efecto. Cuando en Estados Unidos es mediodía, todo el mundo sabe que en Francia se pone el sol. Bastaría trasladarse en un minuto a Francia, para asistir a la puesta de sol. Desgraciadamente Francia está demasiado lejos. Pero en tu pequeño planeta, te bastaba con mover tu silla unos cuantos pasos. Y mirar el crepúsculo cada vez que lo deseabas...

 

- Un día, vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!

Poco después añadías:

- Sabes... cuando uno está muy triste son agradables las puestas de sol...

- Entonces, ¿el día que vistes los cuarenta y tres atardeceres estabas muy triste

Pero el principito no me respondió.

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.

Frankenstein

 , Mary Shelley.

Una desapacible noche de noviembre contemplé el final de mis esfuerzos. Con una ansiedad rayana en la agonía, coloqué a mí alrededor los instrumentos que me iban a permitir infundir un hálito de vida a la cosa inerte que yacía a mis pies. Era ya la una de la madrugada; la lluvia golpeaba las ventanas sombríamente, y la vela casi se había consumido, cuando, a la mortecina luz de la llama, vi cómo la criatura abría sus ojos amarillentos y apagados. Respiró profundamente y un movimiento convulsivo sacudió su cuerpo.

¿Cómo expresar mi sensación ante esta catástrofe, o describir el engendro que con tanto esfuerzo e infinito trabajo había creado? Sus miembros estaban bien proporcionados y había seleccionado sus rasgos por hermosos. ¡Hermosos!: ¡santo cielo! Su piel amarillenta apenas si ocultaba el entramado de músculos y arterias; tenía el pelo negro, largo y lustroso, los dientes blanquísimos; pero todo ello no hacía más que resaltar el horrible contraste con sus ojos acuosos, que parecían casi del mismo color que las pálidas órbitas en las que se hundían, el rostro arrugado, y los finos y negruzcos labios.

Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
bottom of page